domingo, 27 de abril de 2014

Falta y Resto en Neuquén

Por María Pía Borja

La murga uruguaya Falta y Resto volvió a Neuquén después de tres años. La expectativa era grande. No sólo por los años de ausencia, sino también porque la Falta es una murga fundamental en la historia del carnaval. Y como si fuera poco, el espectáculo que vinieron a presentar, Tuya Pueblo, se promocionó como “el más polémico del año”. Como le mencionó a Sinestesia Raúl Castro, letrista y fundador de esta murga, La Falta y Resto siempre fue “muy contestataria y muy radical desde sus posturas”, y es desde allí que se construyó esta presentación.

Foto: Claudio Borja

La Falta y Resto se presentó el pasado miércoles 23 de abril en el Cine Teatro Español a sala llena. Tocaron un poco más de una hora y media, presentaron su espectáculo de este año mechado personajes históricos como “El Pepe Revolución” o cuplés viejos, pero no por eso menos vigentes como “El deschave”. Al final nos regalaron algunos clásicos: con “Colombina” más de uno lloró, más de una se emocionó y casi todos y todas bailamos. “Abrimos el cajón de La Falta y le colocamos los momentos históricos que tienen que ver con la participación”, dijo Raúl.

De este lado del continente las murgas que llegan son, en la mayoría de los casos, aquellas que tienen temáticas exportables, generales, universales. Murgas que nos hacen estallarnos de la risa y pensar. La Falta y Resto no es el caso. Sí nos hicieron reír. Sí nos hicieron pensar. Pero el valor de La Falta está en otro lado: es la murga de la izquierda, la murga del pueblo; es la murga que resistió la dictadura con bombos y platillos; es la murga que empezó a hacer que la murga tenga sus propias melodías; es la murga que suena como ninguna.

Raúl resume: “En lo que se basa el espectáculo es en la participación, reclama participación”. Y la participación existe, en Tuya Pueblo participaron ocho compositores. Además agrega: “Nosotros hemos detectado que los uruguayos, y los rioplatenses en general, votamos una vez cada 5 años y después vamos a la casa a quejarnos. La Falta sale desde la ironía, desde la sátira y desde la alegría a pedirle al pueblo participación”. Andrés Vázquez, guitarrista de la murga, menciona que Tuya Pueblo “invita a reflexionar y a que la gente participe desde su lugar, a su manera, y que esté activa en la vida política ciudadana”. En esta sintonía Leandro Castro, director escénico, manifiesta que “la sociedad necesita que la gente se arrime y participe, que exista de verdad la democracia” y cita la parte del espectáculo que reza: “Es importante escucharnos los de abajo, comprendernos y juntarnos sin querernos dominar”.

Foto: Claudio Borja


 Tuya Pueblo es polémico porque cuestiona la libertad y el uso que hacemos de ella, es polémico porque no es oficialista pero sí de izquierda en un país donde el oficialismo es la izquierda. “La Falta si no polemiza, no es Falta y Resto -determina Andrés-. La Falta y Resto siempre fue una murga de izquierda y ahora que la izquierda está en el poder no es oficialista ni mucho menos, al contrario, me parece que las murgas deben criticar constructivamente”. Orlando da Acosta, más conocido como “El Mono”, reafirma: “La murga debe ser oposición; lo que quiere decir la gente, lo dice la murga. Con la izquierda en el poder, muchas mugas, incluso La Falta, hace unos años han querido dejar la crítica, y este año nuevamente hay que pisar el acelerador”

Partes del espectáculo, para los y las que estamos del otro lado del Río de la Plata, no son fáciles de entender porque se refieren a cuestiones políticas propias de Uruguay. Pero dentro de las críticas al interior de su país hay otras cuestiones de fondo, como la participación de los y las jóvenes en política, el poder, la libertad, la historia o el rol de la mujer. “La Falta siempre buscó que la gente discutiera” dice el Mono. Y Raúl cita un viejo texto de la murga: “Esta es La Falta de brazos abiertos, que la aplaudan o la ejecuten, pues su mensaje es sembrar la duda y habrá cumplido si ustedes discuten”.

Si bien el humor no fue protagonista, también dijo presente. El Mono nos hizo casi llorar de la risa cuando interpretó “Golero”, un pequeño unipersonal que nos muestra qué le pasa por la cabeza a un arquero antes de atajar un penal. Cada una de sus intervenciones era una muestra de humor bien hecho. Como menciona él mismo: “Con la risa se abren puertas más serias”. Otro momento de humor fue, al principio, cuando interpretaron “Termo y Mate”, un cuplé que narra el amor y posterior casamiento gay entre estos dos objetos. Tampoco estuvo ausente la ironía; los más viejos de la murga cantaron el “Tango de la liberación masculina”. Como mencionó Raúl, la murga “es la mejor manera de transformar la realidad en alegría”.

Foto: Claudio Borja

Se va, se va la murga, aunque ya nunca pueda decir adiós”, rezaba la retirada. Y así fue: no pudieron decir adiós. Terminó el espectáculo y los murguistas fueron a un bar, a tomar cerveza y charlar con un grupo de gente del público. A hablar de política, de música, de la murga, de las mujeres, de periodismo. A demostrarnos, para nuestra sorpresa, que atrás del maquillaje y la brillantina, de esos trajes y voces tremendas que los hacen ver semidioses; hay humanos.

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